Muchas personas sufren molestias en los oídos, ya sea una sensación de taponamiento, una inflamación leve o problemas de audición temporales debido a la acumulación de cerumen. Antes de recurrir a productos químicos agresivos o soluciones de venta libre, existe un remedio suave y tradicional que ha resistido el paso del tiempo: el ajo.
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¿Por qué ajo?
El ajo se ha utilizado desde hace mucho tiempo en la medicina popular por sus propiedades antibacterianas, antiinflamatorias y antifúngicas naturales. Ayuda a reducir la inflamación, combatir infecciones leves y aflojar el cerumen sin irritar el canal auditivo.
2-3 dientes de ajo frescos
2 cucharadas de aceite de oliva (o aceite de coco)
Instrucciones:
Pelar y machacar ligeramente los dientes de ajo.
Calentar el aceite en una sartén pequeña (sin que hierva).
Agregar el ajo y dejar reposar a fuego lento de 5 a 10 minutos.
Colar el aceite y dejar que se enfríe a temperatura corporal.
Modo de empleo:
Usar un gotero limpio para colocar 1 o 2 gotas de aceite de ajo en el oído afectado.
Inclina la cabeza y descansa de 5 a 10 minutos para que el aceite se asiente.
Limpiar suavemente el oído externo con un paño suave.
Repetir una vez al día durante un máximo de 3 días.
Importante: No utilizar este método si se sospecha una ruptura del tímpano, se tienen tubos de ventilación o se siente un dolor agudo. Consultar siempre con un profesional de la salud si los síntomas persisten.
2-3 dientes de ajo frescos
2 cucharadas de aceite de oliva (o aceite de coco)
Instrucciones:
Pelar y machacar ligeramente los dientes de ajo.
Calentar el aceite en una sartén pequeña (sin que hierva).
Agregar el ajo y dejar reposar a fuego lento de 5 a 10 minutos.
Colar el aceite y dejar que se enfríe a temperatura corporal.
Modo de empleo:
Usar un gotero limpio para colocar 1 o 2 gotas de aceite de ajo en el oído afectado.
Inclina la cabeza y descansa de 5 a 10 minutos para que el aceite se asiente.
Limpiar suavemente el oído externo con un paño suave.
Repetir una vez al día durante un máximo de 3 días.
Importante: No utilizar este método si se sospecha una ruptura del tímpano, se tienen tubos de ventilación o se siente un dolor agudo. Consultar siempre con un profesional de la salud si los síntomas persisten.
