Durante mucho tiempo, hemos sido acostumbrados a guardar los huevos en la heladera como una medida estándar para mantenerlos frescos. Sin embargo, ¿es realmente necesario? Expertos en alimentación y almacenamiento han cuestionado esta práctica, proponiendo métodos alternativos más efectivos y que respetan las propiedades naturales de los huevos.
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En este artículo, te explicaremos por qué guardar los huevos en la heladera es cosa del pasado, cuáles son las consecuencias de esta práctica y cómo deberías almacenarlos correctamente.
Por qué guardar los huevos en la heladera es cosa del pasado
Los efectos de guardar huevos en la heladera
Cuando los huevos se almacenan en la heladera, su cáscara porosa absorbe olores y humedad del entorno. Además, el cambio brusco de temperatura que ocurre al sacarlos de un ambiente frío al calor de la cocina puede generar condensación en su superficie. Esta humedad favorece la proliferación de bacterias, como la salmonela, aumentando los riesgos para la salud.
Otra desventaja de refrigerar los huevos es que se afecta su frescura natural. Los huevos almacenados a temperatura ambiente tienden a mantener su sabor y textura mejor que los refrigerados, siempre y cuando se conserven en las condiciones adecuadas.
Cómo se deben guardar los huevos
A temperatura ambiente: En muchos países, como en Europa, es común mantener los huevos fuera de la heladera. Esto es posible porque los huevos frescos tienen una cáscara que actúa como una barrera natural contra las bacterias.
Almacénalos en su envase original: El cartón en el que vienen los huevos no solo los protege de golpes, sino que también los mantiene alejados de la luz y reduce la exposición al aire, lo que prolonga su frescura.
Ubicación seca y fresca: Es fundamental elegir un lugar seco y bien ventilado, lejos de fuentes de calor o luz solar directa. La temperatura ideal es entre 15 y 20 grados Celsius.
Evita lavarlos antes de almacenarlos: Lavar los huevos elimina la cutícula protectora natural de la cáscara, haciéndolos más vulnerables a las bacterias.
Por qué este método es más efectivo
Al almacenar los huevos correctamente fuera de la heladera, se respeta su equilibrio natural y se evita someterlos a cambios bruscos de temperatura. Además, este método reduce el consumo energético, ya que no depende de la refrigeración. Además, en entornos donde no se rompe la cadena de frío desde la producción hasta la compra, los huevos mantienen su calidad por más tiempo.
Consejos y tips
Revisa la frescura: Para comprobar si un huevo sigue fresco, colócalo en un recipiente con agua. Si se hunde y permanece horizontal, está fresco. Si flota, es mejor no consumirlo.
Guarda los huevos más viejos primero: Mantén los huevos más recientes en el fondo del envase y utiliza primero los más antiguos para evitar desperdicio.
Evita exponerlos a olores fuertes: Aunque estén fuera de la heladera, evita almacenarlos cerca de alimentos con olores fuertes como cebollas o ajo para prevenir la absorción de aromas.
Mantén la limpieza: Asegúrate de que el lugar donde almacenas los huevos esté limpio y libre de polvo o residuos.
Usa organizadores: Si decides sacarlos de su cartón original, utiliza organizadores específicos para huevos que los protejan y permitan buena ventilación.