El truco principal: cambio de temperatura
Uno de los métodos más efectivos para que las orquídeas florezcan es exponerlas a una diferencia de temperatura entre el día y la noche. Colocar la planta en un lugar donde las noches sean más frescas (5 a 8 °C menos que durante el día) activa su proceso natural de floración.
Otros cuidados esenciales
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Riego moderado: solo cuando las raíces se vean plateadas o el sustrato esté seco. El exceso de agua pudre la planta.
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Luz adecuada: deben recibir luz brillante, pero nunca sol directo, ya que quema las hojas.
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Abono específico: usar fertilizante para orquídeas, sobre todo uno rico en fósforo, que estimula la formación de flores.
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Poda correcta: después de que caen las flores, cortar la vara por encima del tercer nudo puede ayudar a que brote una nueva espiga.
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Maceta y sustrato apropiados: las orquídeas necesitan un sustrato aireado, como corteza de pino, y una maceta transparente para que sus raíces respiren.
Conclusión: con un pequeño cambio de temperatura y cuidados básicos de riego, luz y nutrición, tus orquídeas tendrán más probabilidades de florecer varias veces al año.