El cuerpo humano tiene una forma particular de advertirnos cuando algo no anda bien: a través de la piel, los labios, la lengua o los ojos pueden aparecer señales claras de que existe una condición de salud que requiere atención médica.
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Reconocer estos signos a tiempo puede ser clave para un diagnóstico y tratamiento oportuno.
1. Heridas o llagas en los labios
La presencia de lesiones, costras o ampollas en los labios suele estar asociada al herpes simple, una infección viral muy común que se transmite por contacto directo (como besos). También pueden deberse a deficiencias nutricionales o reacciones alérgicas.
2. Manchas blancas en la lengua
Una lengua con placas o manchas blanquecinas puede ser signo de candidiasis oral (infección por hongos), leucoplasia o incluso enfermedades de transmisión sexual como la sífilis en etapas iniciales.
3. Ojos rojos e inflamados
La irritación ocular acompañada de enrojecimiento y manchas en la conjuntiva puede indicar conjuntivitis infecciosa, alergias severas o incluso infecciones sistémicas que afectan los vasos sanguíneos.
4. Inflamación y enrojecimiento en las piernas
La hinchazón marcada y el enrojecimiento en una pierna pueden deberse a celulitis bacteriana, trombosis venosa profunda u otros trastornos circulatorios, condiciones que requieren atención médica inmediata.
5. Erupciones en las manos y el cuerpo
Manchas rojas o erupciones en palmas y otras zonas del cuerpo pueden ser señales de infecciones virales, reacciones alérgicas, enfermedades autoinmunes o sífilis secundaria.
6. Dolor o enrojecimiento facial
El enrojecimiento en la piel del rostro junto con molestias puede estar relacionado con rosácea, dermatitis, reacciones alérgicas o infecciones cutáneas.
Qué hacer ante estos signos?
No automedicarse ni ignorar los síntomas.
Consultar a un médico dermatólogo o infectólogo para un diagnóstico adecuado.
Evitar el contacto cercano si se sospecha de una enfermedad contagiosa.
Mantener una buena higiene y fortalecer el sistema inmune con hábitos saludables.
Estos signos visibles no deben tomarse a la ligera. Si notas alguno en tu cuerpo o en el de un familiar, busca atención médica lo antes posible. La detección temprana puede marcar la diferencia en la evolución de la enfermedad