Como consecuencia, pueden aparecer pequeños bultos inflamados que, en algunos casos, resultan dolorosos.
En la mayoría de los casos, los vellos encarnados desaparecen sin necesidad de tratamiento médico. Sin embargo, existen medidas sencillas que ayudan a prevenirlos y mantener la piel saludable.
Recomendaciones para evitar los vellos encarnados
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Prepara la piel antes de afeitarte: lávala con agua tibia y un limpiador facial suave.
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Suaviza el vello: aplica crema o gel de afeitar unos minutos antes de rasurarte, o utiliza un paño húmedo y tibio.
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Elige una buena herramienta: usa crema de afeitar y una rasuradora de una sola cuchilla bien afilada para evitar cortes demasiado al ras.
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No estires la piel: al tensarla, el vello puede quedar atrapado dentro de la piel al crecer.
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Sigue la dirección del vello: afeitarse a contrapelo aumenta el riesgo de que el vello se encarne.
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Limpia la cuchilla en cada pasada: evita la acumulación de residuos que puedan irritar la piel.
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Calma la piel después: enjuágala y aplica un paño húmedo y fresco durante unos minutos.
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Hidrata y exfolia: utiliza productos calmantes para después del afeitado o lociones con ácido glicólico, que ayudan a eliminar células muertas y favorecen la regeneración de la piel.